DESENMASCÁRATE
Llega una semana muy esperada para muchas personas, la emoción empieza a apoderarse de ellos. Los disfraces empiezan a estar a punto, se acerca el día de poder ser otra persona, de esconder la realidad, de por unas horas disfrutar como nos gustaría hacer siempre. De sacar a la luz nuestra mejor versión, aunque día a día nos encarguemos de esconderla por miedo y sólo la dejemos salir en estas fechas.
Bajo la máscara saldrá nuestra verdadera identidad, la cual escondemos a capa y espada. Pero hazte una pregunta; ¿Por qué la escondes? El problema quizás venga en los pilares de la sociedad, en su afán de competitividad y de pisar al resto sin importar los daños colaterales que puedas causar. Sin darnos cuenta nos estamos robotizando, siendo libres únicamente una semana al año.
Imaginar, ilusionarse, innovar, ser feliz, son claves que no debemos de olvidar, pero debemos de tenerlas en cuenta no porque el resto del año tengan que estar escondidas, sino para disfrutarlas todo el año. El problema de las máscaras es el uso que en ocasiones hacemos de ellas. Usándolas para hacer daño, para pisar, para engañar y sobre todo para ocultarnos de nosotros mismos. En ocasiones lo hacemos porque creemos que, como somos no está bien o no es suficiente, cuando realmente no hay una regla universal que rija como debemos de ser. Sin darnos cuenta nos convertimos en nuestros peores verdugos, juzgándonos y juzgando. En parte, surge de todas las injusticias que tenemos que vivir a lo largo de nuestra vida, pero esto no es excusa para no ser de esa forma que no queremos, es para a pesar de todo sacar nuestra verdadera identidad, no escondernos, y sobre todo, no avasallar al resto. Nosotros somos los únicos que podemos marcar la diferencia, eligiendo entre quedarnos del otro lado de la máscara o enfrentándola y dejándonos ver. Eres mucho más poderoso de lo que crees, ama la persona que ves en el espejo. Y tú ¿qué máscara vas a ponerte hoy? SÉ TÚ.
“¿Qué máscara nos ponemos o que máscara nos queda cuando estamos en soledad, cuando creemos que nadie, nadie nos observa, nos controla, nos escucha, nos exige, nos suplica, nos intima, nos ataca?”
Sobre héroes y tumbas (1961) Ernesto Sabato.
